Champagne y cava, similitudes y diferencias
Enoarquía
El cava y el champagne son sinónimo de celebración,
especialmente en Navidad, así que no es mal momento para hablar de ellos y
conocerlos un poco más. Además del precio y la procedencia veremos otras
diferencias entre ambas bebidas pero primero, empecemos por las similitudes.
Similitudes
Son vinos espumosos, y
como el resto de los vinos, proceden de la fermentación del mosto de las uvas.
No es raro oír que el cava es una imitación del champagne,
que es lo mismo pero más barato, de peor calidad… Nosotros pensamos que no es
mejor uno que el otro, hay champagnes buenos y no tan buenos e igual pasa con
el cava.
Otra similitud importante es el método de elaboración,
conocido como champenoise o tradicional. El método champenoise consiste en
una segunda fermentación en botella, ésta hace que aparezca
el gas CO2 y se diluya en el líquido en forma de burbujas.
Método Champenoise
A modo de lista y de forma básica vamos a explicar en
qué consiste este método, estudiado y perfeccionado por el monje
benedictino Dom Pierre Pérignon,
originario de la región de Champagne-Ardenne (Francia) y cuyos orígenes podemos
encontrar en el siglo XVII:
1.
Se extrae el mosto de las uvas y pasa una fermentación
en cubas, como el resto de los vinos.
2.
Después de la primera fermentación y antes de
embotellar el vino, se añade el licor de tiraje, una
mezcla de levaduras y azúcar para inducir la segunda fermentación (las
recetas y cantidades son secretos bien guardados por parte de los jefes de
bodega). Al estar la botella bien cerrada con una especie de chapa, tapa o
corona provisional, el gas producido por estas levaduras no puede escapar y se
va diluyendo en el líquido en forma de burbujas.
3.
Durante la segunda fermentación, las botellas se
colocan boca abajo, en un ángulo de 45 grados. De este modo, los sedimentos se
van acumulando en el cuello de la botella y durante varias semanas se va
girando la botella un par de veces al día para que queden repartidos de forma
homogénea junto al tapón. Este proceso se ha ido automatizando en las últimas
décadas.
4.
Para eliminar los sedimentos, se congela el cuello de
la botella sumergiéndolo en una solución a -25º, se retira la tapa y la misma
presión expulsa la masa congelada; este proceso se denomina degüelle.
5.
Para compensar la pérdida de contenido en la botella,
después del degüelle se añade el licor de expedición,
una mezcla de vino añejo y azúcar, el cual determinará la tipología del cava o
champagne (brut, sec, dulce…); esto se llama dosage.
Finalmente se tapa la botella con el típico corcho en forma de seta reforzado
con un bozal de alambre y se deja un tiempo más en botella, depende de cada
bodega.
Por supuesto, entre champagne y cava existen
diferencias al aplicar este método, es lógico que sus respectivas
denominaciones de origen exijan ciertos procedimientos que difieren entre sí,
pero a grandes rasgos, éste es el proceso que se utiliza para obtener estos
vinos espumosos.
Clasificación según la dulzura
En ambos casos se añade azúcar en algunas fases de la
elaboración de estos vinos. Según la cantidad de azúcar añadido obtendremos
distintos tipos de cava o champagne:
·
Brut Nature o Brut Zéro (menos de 3 g. de azúcar por litro) – no se añade azúcar
·
Extra-Brut (menos de 6 g. de azúcar por litro)
·
Brut (menos de
15 gramos de azúcar por litro)
·
Extra Sec (12 a 20 gramos de azúcar por litro)
·
Sec (17 a 35
gramos de azúcar por litro)
·
Demi-Sec (33 a 50
g de azúcar por litro)
·
Doux o Dulce (más de 50 g de azúcar por litro)
Principales
diferencias
Elaboración
A pesar de que estos dos vinos comparten un mismo
método de fermentación, el champagne conlleva un proceso diferente al del cava
al principio de su elaboración, hablamos del sistema de la chaptalizacion. Este sistema descubierto por
Jean-Antoine Claude Chaptal, consiste en añadir azúcares al mosto
justo antes de empezar su fermentación para contrarrestar la gran acidez de las uvas ya que el clima de
Champagne es frío y de poca insolación, por lo que las uvas no contienen
azúcares suficientes.
Otro aspecto importante que diferencia el cava del
champagne es que en la elaboración de este último normalmente se mezclan vinos
de múltiples añadas, proceso que se conoce como assemblage y
es considerado un verdadero arte. Esto mismo sucede con los vinos
de Jerez, así se asegura la calidad de vino año tras año. Menos
comunes son los champagnes milléssime,
elaborados con uvas de una misma añada excelente, suelen ser los de mayor
prestigio. El cava se elabora siempre con el vino de una única añada.
También cabe destacar que en el caso del champagne, el
período reglamentado para su crianza en botella debe ser de 15 meses como mínimo en los champagnes jóvenes,
mientras que el Consejo Regulador del Cava establece un mínimo de 9 meses para sus vinos.
Localización y clima
El suelo y el clima vienen determinados por la zona
donde se elaboran estos vinos y marcan una clara diferencia entre ambas
tipologías. Primero, cabe aclarar que el champagne solo puede elaborarse de
forma reconocida y legal en la región francesa de Champagne-Ardenne, que delimita una serie de zonas muy
concretas: La Montagne de Reims, Vallée de la Marne, Côte des Blancs y los
alrededores de Sézanne y la Côte des Bar.
Por lo contrario, el cava se elabora en
diferentes regiones de España, aunque la más conocida sea la comarca
catalana del Penedés (Barcelona y Tarragona), también se elabora cava de forma
legalmente reconocida en algunas localidades de las provincias de La Rioja,
Lleida, Girona, Álava, Zaragoza, Navarra, Badajoz y Valencia.
La temperatura media en la región de Champagne está en
torno a los 10º, justo al límite, ya que las uvas no pueden madurar por
debajo de los 9º (ni siquiera la planta saldría de su letargo
invernal); esto implica unos cuidados más exhaustivos, mientras que la
temperatura media en la D.O. Cava es de unos 15 o 16 grados. La insolación es
mayor en D.O. Cava, prácticamente el doble que en la región de Champagne, sin
embargo la región francesa tiene un mayor índice de lluvias que la
española. Todos estos factores climatológicos confieren a las uvas unas
características especiales, como por ejemplo, la gran acidez de las uvas usadas
para la elaboración del champagne, que conllevará la adición de azúcar en su
elaboración para dotarlo de mayor equilibrio.
Uvas
Seguramente es el factor que más influye en la
diferenciación entre el champagne y el cava. En cuanto al champagne, las cepas
cultivadas en las regiones que hemos nombrado anteriormente, son las únicas
autorizadas legalmente para su elaboración: pinot noir, pinot meunier y chardonnay. Las dos
primeras son uvas tintas, separadas rápidamente de sus hollejos durante la
elaboración del champagne para evitar así su característico tono rosado y
oscuro. Chardonnay es una uva blanca, y muy preciada por su escasez en dicha
región. Cuando se vinifica solo con chardonnay, se le llama Blanc de Blancs.
Sin embargo, para el cava se usan uvas blancas:
principalmente macabeo, parellada, xarel·lo (aunque
también se usan otras variedades como chardonnay o malvasía). La diferencia es
clara: normalmente para el champagne se mezclan uvas tintas y blancas y para la
elaboración del cava se usan uvas blancas.
Como conclusión, hemos aprendido que el cava y el
champagne son ante todo VINOS (espumosos)
y que se elaboran con procesos parecidos; sin embargo son vinos muy diferentes:
el clima, el suelo, las variedades de uva usadas o las propias normas legales
que rigen su elaboración, confieren a estas dos bebidas personalidad propia. No
hay uno mejor que otro (es una afirmación polémica, sí), reconociendo que fue
en Francia donde se hicieron famosos este tipo de vinos, dándoles tan cuidada
política de marketing, que se evocan conceptos como el éxito o la celebración
solo con pronunciar la palabra champagne. Aun así, el cava va quitándose ese
complejo de inferioridad y cada vez se aprecia más su potencial.
Al final, es cuestión de gustos y vuestro paladar os
dirá cual os gusta más.
Método Champenoise o tradicional
Seguramente
es el factor que más influye en la diferenciación entre el champagne y el cava.
En cuanto al champagne, las cepas cultivadas en las regiones que hemos nombrado
anteriormente, son las únicas autorizadas legalmente para su elaboración: pinot noir, pinot meunier y chardonnay. Las dos primeras son uvas tintas, separadas
rápidamente de sus hollejos durante la elaboración del champagne para evitar
así su característico tono rosado y oscuro. Chardonnay es una uva blanca, y muy
preciada por su escasez en dicha región. Cuando se vinifica solo con
chardonnay, se le llama Blanc de Blancs.
Sin
embargo, para el cava se usan uvas blancas: principalmente macabeo, parellada, xarel·lo (aunque también se usan otras variedades
como chardonnay o malvasía). La diferencia es clara: normalmente para el
champagne se mezclan uvas tintas y blancas y para la elaboración del cava se
usan uvas blancas.
Como
conclusión, hemos aprendido que el cava y el champagne son ante todo VINOS (espumosos) y que se elaboran con procesos
parecidos; sin embargo son vinos muy diferentes: el clima, el suelo, las
variedades de uva usadas o las propias normas legales que rigen su elaboración,
confieren a estas dos bebidas personalidad propia. No hay uno mejor que otro
(es una afirmación polémica, sí), reconociendo que fue en Francia donde se
hicieron famosos este tipo de vinos, dándoles tan cuidada política de
marketing, que se evocan conceptos como el éxito o la celebración solo con
pronunciar la palabra champagne. Aun así, el cava va quitándose ese complejo de
inferioridad y cada vez se aprecia más su potencial.
Al
final, es cuestión de gustos y vuestro paladar os dirá cual os gusta más.
Seguramente
es el factor que más influye en la diferenciación entre el champagne y el cava.
En cuanto al champagne, las cepas cultivadas en las regiones que hemos nombrado
anteriormente, son las únicas autorizadas legalmente para su elaboración: pinot noir, pinot meunier y chardonnay. Las dos primeras son uvas tintas, separadas
rápidamente de sus hollejos durante la elaboración del champagne para evitar
así su característico tono rosado y oscuro. Chardonnay es una uva blanca, y muy
preciada por su escasez en dicha región. Cuando se vinifica solo con
chardonnay, se le llama Blanc de Blancs.
Sin
embargo, para el cava se usan uvas blancas: principalmente macabeo, parellada, xarel·lo (aunque también se usan otras variedades
como chardonnay o malvasía). La diferencia es clara: normalmente para el
champagne se mezclan uvas tintas y blancas y para la elaboración del cava se
usan uvas blancas.
Como
conclusión, hemos aprendido que el cava y el champagne son ante todo VINOS (espumosos) y que se elaboran con procesos
parecidos; sin embargo son vinos muy diferentes: el clima, el suelo, las
variedades de uva usadas o las propias normas legales que rigen su elaboración,
confieren a estas dos bebidas personalidad propia. No hay uno mejor que otro
(es una afirmación polémica, sí), reconociendo que fue en Francia donde se
hicieron famosos este tipo de vinos, dándoles tan cuidada política de
marketing, que se evocan conceptos como el éxito o la celebración solo con
pronunciar la palabra champagne. Aun así, el cava va quitándose ese complejo de
inferioridad y cada vez se aprecia más su potencial.
Al
final, es cuestión de gustos y vuestro paladar os dirá cual os gusta más.
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